- ¿Tiene mucho de usted su personaje?
Judith tiene de mí todo lo que yo le pongo, pero yo no soy como ella. No soy tan histérica como ella, ni tan insegura, ni tan indecisa. Ella está enamorada de un hombre de 52 años y no lo reconoce por esa inseguridad. Yo nunca tendría ese problema si me pasara algo así.- ¿Se ha encontrado en la realidad con algún vecino como los de la serie?
Llevo muchos años viviendo en Madrid. He pasado por muchos pisos y te puedo asegurar que la realidad supera a la ficción en muchas ocasiones? Me he encontrado vecinos muy parecidos a estos en mi vida real.- No me creo que exista otro Antonio Recio en el mundo...
[Se ríe] Quizá no alguien con una pistola que se dedique a pegar tiros por el edificio, pero más de una Berta (la mujer de Antonio Recio) me he encontrado por ahí.- Pero la relación que tienen con Judith el resto de las vecinas es motivada por la envidia, ¿no? Quizá el buen gusto a la hora de vestir...
Sí, es cierto que es un personaje al que le queda todo bien y me encanta.- ¿Quién se encarga de su estilismo?
El estilista se llama Júnior. Pero además hay un gran equipo de vestuario detrás que se encarga de buscar ropa para mi personaje, firmas diferentes.- ¿Firmas «low cost»?
¡Por supuesto! He llevado monos de Stradivarius, zapatos de Zara, ropa de H&M? y también Holy Preppy... de todo un poco.- ¿Es Cristina Castaño tan amante de la moda como Judith Becker?
Soy muy coqueta y me encanta el armario de Judith. A veces pido cosas que le ponen al personaje para llevármelas a casa. La verdad es que es un lujo tener tantas cosas tan bonitas alrededor, porque de otra manera no hubiera accedido a ellas.- ¿Y amante de los complementos y los zapatos como «los manolos»?
¡Me encantan los zapatos! Me gusta mucho el tacón y lo uso mucho, y también soy mucho de botas durante todo el año, incluso en verano, con los vestidos.- Quizá un papel en una versión española de «Sexo en Nueva York»...
Pues sí. Me encantaría. Creo que sería perfecto. Por qué no.- ¿Le han pedido algún cambio físico para la serie?
Nunca. Creo que en mi papel se valoran otras cosas.- Pero si tuviese que cambiar algo, el pelo que ni se lo toquen...
Para nada. Me lo cambiaría sin ningún problema.- No me la imagino con el pelo negro y corto...
Pues si el papel merece la pena, lo cambiaría sin duda.- Su éxito es indiscutible desde hace años, ¿cree que su físico le ha facilitado el camino?
Es cierto que soy peculiar. Soy pelirroja, tengo los ojos grandes, la boca grande, soy muy alta.. el físico facilita muchas cosas, pero a todos y en todos los ámbitos de la vida. Pero quizá en mi profesión no siempre se requiere a alguien con un aspecto tan peculiar como el mío, así que a veces no facilita el camino si no que lo puede llegar a entorpecer.- De todas los papeles que ha interpretado, ¿de cuál guarda mejores recuerdos?
Me dejó muy marcada el de Lidia en Al salir de clase. Fue el primero a nivel nacional y me encantaba hacer de mala. Fue divertido y enriquecedor.- ¿Le ha repercutido en la calle hacer de mala?
Esa fue la peor parte de Lidia. Hasta me insultaban por la calle. Yo era muy joven y cuando pasaba cerca de un grupo de adolescentes era horrible, echaba a correr, tenía hasta miedo...- ¿Tiene otros proyectos además de esta serie?
Sí, ahora empiezo en el teatro con Tartufo, de Molière. Estoy muy entusiasmada con este proyecto.- Y de la música...
De una u otra manera mi trayectoria siempre ha estado unida a la música. He hecho muchos musicales y en muchos papeles he cantado. Para mí yo soy cantante. Ahora voy a grabar otra cosilla que aún no está cerrada pero sí, la música sigue en mi vida.
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